Eleagno (Elaeagnus)




El género Elaeagnus cuenta con unas 40 especies que suelen crecer en las regiones templadas del hemisferio norte. Pueden ser caducifolios o perennes, y suelen usarse como plantas decorativas o bien para crear setos o cortavientos, especialmente en zonas costeras. Sus flores son pequeñas, aromáticas y de color fucsia. Algunas de ellas producen frutos comestibles, y se está intentando crear híbridos que produzcan frutos de calidad. Además, estudios recientes señalan que sus frutos contienen muchas propiedades medicinales, beneficiosas para la salud. Algunas especies de Elaeagnus contienen grandes semillas comestibles, ricas en proteínas y grasas. Todas las especies mantienen una relación simbiótica con la bacteria que fija el nitrógeno y, por lo tanto, son buenas colonizadoras del suelo: pueden abastecerse de nitrógeno para sí mismas y proporcionarlo a las plantas que están a su alrededor. Cuando crecen en invernaderos, puede incrementarse la producción de los árboles frutales hasta un 10% (suele ocurrir con todos los frutos de cáscara: crecen mejor con fertilizantes de nitrógeno).

Descripción

Flores: con forma de campana, pequeñas (de 1,5 a 2 cm de diámetro), de aroma dulce, colgantes, crecen en grupos desde las axilas de las hojas de temporada.
Fruto: con forma de oliva, de 1,5 a 2,5 cm de longitud, de color naranja oscuro con pequeños puntos blancos o rojos cuando madura. Es blando y más dulce cuando está maduro. Contiene una semilla grande comestible. Las cosechas son buenas, aunque algunas especies tienen tendencia al porte bienal. Como depende mucho de la planta, escoja ejemplares que sepa que dan buenos frutos.

Gastronomía

Los frutos tienen un sabor dulce e intenso, y suelen comerse crudos o en tartas, mermeladas o postres.

Salud

Los frutos de esta especie son ricos en vitaminas (especialmente en vitaminas A y E), minerales, flavonoides y otros compuestos bioactivos. Son también una buena fuente natural de ácidos grasos esenciales. Estudios recientes indican que el consumo de estos compuestos reducen significativamente la incidencia del cáncer en humanos, y pueden incluso retardar o detener el crecimiento de cánceres en fase de metástasis.


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