Ciruela de Davidson (Davidsonia pruriens)




El término latino pruriens significa "picor"; se refiere a los pelos que crecen sobre las hojas y los tallos de estas ciruelas, y que pueden llegar a irritar las pieles sensibles. Es una planta común en Australia, donde procede. Su nombre, "ciruela de Davidson", proviene de un agricultor de Queensland que, en 1860, fue el primero en producir estos frutos "oficialmente". Los primeros colonos europeos utilizaban los frutos para elaborar mermelada. Sin embargo, los aborígenes habían consumido estos frutos durante cientos o miles de años. Las ciruelas de Davidson se consideran uno de los mejores frutos nativos de Australia. Existen dos variedades: D. jerseyana, que procede de Nueva Gales del Sur, y D. pruriens, que procede del norte de Queensland. No es habitual que sean silvestres, y suelen cultivarse como ejemplares ornamentales en jardines. Recientemente, se ha clasificado un nuevo tipo de Davidsonia: D. johnsonii. Esta es todavía más infrecuente como ejemplar silvestre, y no produce semillas viables, así que se reproduce por esquejes. Hoy en día, estas variedades son populares por sus frutos y su valor ornamental. Su producción ha aumentado en Nueva Gales del Sur y en Queensland; sus frutos se emplean en la elaboración de mermeladas y otros productos, y son un ingrediente habitual en muchos platos. También se cultiva localmente en el este de Estados Unidos.

Descripción

Es un árbol esbelto y atractivo, de tamaño medio. La D. jerseyana alcanza los 4-5 m de altura, y la D. pruriens es similar, pero ligeramente más grande. Puede alcanzar > 10 m en condiciones idóneas.
Hojas: atractivas y largas (entre 80 cm y 1 m), colgantes y cubiertas por pequeños pelos marrones que pueden irritar la piel humana. Sus hojas son compuestas, con márgenes serrados, rojas o rosadas cuando son jóvenes o verde oscuro cuando maduran.
Flores: individuales, pequeñas y autofecundables; con flores rosadas o marrones que surgen en grupos pendulares. Miden unos 20 cm de longitud y brotan al final del invierno o al comienzo de la primavera. Surgen, de manera inusual, directamente sobre el tronco. Sólo es necesario un árbol para producir frutos, aunque un mayor número de ejemplares puede incrementar la producción y la calidad de estos. Polinización: por abejas y otros insectos
Frutos: llamativos, con racimos colgantes de ciruelas de color púrpura que miden entre 3 y 6 cm de diámetro y entre 3 y6 cm de longitud. Los frutos tienen unos finos pelos marrones que deben retirarse antes de consumirse. Su carne es jugosa, de color rojizo o púrpura intenso, y contiene dos semillas planas con un recubrimiento fibroso.

Gastronomía

Los frutos son ácidos y de sabor intenso, pero deliciosos. Pueden comerse crudos, aunque su sabor ácido puede resultar muy fuerte. Se emplean para fabricar mermeladas, y se añaden en tartas, salsas y postres. Pueden hervirse con azúcar o utilizarse para elaborar vino.


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