Jamaica (Hibiscus sabdariffa)



La Jamaica pertenece a un género de arbustos muy resistente. Tiene unas flores muy bonitas y son muy decorativas. Se valora también por sus hojas comestibles, sus usos medicinales, sus raíces mucilaginosas y su fibra. La especie de la flor de Jamaica está ganando adeptos gracias a sus distintos usos. Es originaria y se cultiva en la India y Extremo Oriente, aunque en la actualidad también se cultiva en otras zonas calurosas del mundo, com África, las Indias Occidentales, Australia y América Central. Hace cientos de años que se conocen sus variadas aplicaciones: las hojas son comestibles y sabrosas, y las grandes y atractivas flores se usan en una gran cantidad de platos; una fibra similar a la del yute se obtiene del tallo. A finales del siglo XX empezó a cultivarse con fines comerciales en Queensland, donde usaban el cáliz para hacer mermelada de rosella que luego exportaban a Europa.


Descripción

La raza ruber de la H. sabdariffa, es un arbusto de crecimiento rápido, erecto, tupido y herbáceo (puede llegar a los 3 metros de altura). Tiene el tronco suave y rojo. Se cultiva como una planta anual.
Hojas: alternas, de 7 a 12 cm de longitud, verdes con vasos rojos. Las hojas de las plántulas jovenes y las hojas superiores de los ejemplares más viejos son simples; las hojas inferiores de los árboles adultos tienen entre 3 y 7 lóbulos, son suaves y dentadas. En las zonas más calurosas son de hoja perenne. En las áreas más frías pueden perder las hojas durante el invierno.
Flores: decorativas, flores amarillas, sólo viven un día aunque florecen durante un largo periodo. Nacen solas, de las axilas de las hojas, son grandes (unos 12 cm), de color rojo oscuro en el centro, se van volviendo rosas a medida que se marchitan, cuando cae la noche. Salen en verano. Tienen un cáliz exterior alrededor de los pétalos, que suelen ser rojo; cinco sépalos grandes con un collar de 8 a 12 brácteas puntiagudas alrededor de la base. El cáliz se extiende después de que los pétalos se marchiten y se vuelve carnoso, jugoso y crujiente, entre 3 y 6 cm de longitud.


Gastronomía

Todas las partes de esta planta son comestibles. Los cálices pueden comerse crudos o cocinados. Su sabor es parecido al de los arándanos, al ruibalbo, la frambuesa o la ciruela (un poco de todo!). Para prepararlo, corte la base del cáliz y saque las vainas de las semillas. El cáliz crudo puede comerse en ensaladas (es dulce y sabroso), conservas, sopas, zumos, rellenos para pasteles, salsas, encurtidos, etc. Es rica en ácidos y pectina (4%), por lo que resulta buena para mermeladas y gelatinas. También puede hacerse un sabroso vino tinto. En Jamaica preparan una bebida en la que mezclan rosella, jengibre y azúcar; lo hierven, lo dejan una noche en reposo y lo sirven al día siguiente con hielo y unas gotas de ron. También puede añadirse a los tes de hiervas. Algunas especies tienen un zumo colorado que se añade a otros platos. Los frutos pueden tostarse para usarlos como sustitutivo del café. Las hojas pueden comerse crudas o cocidas: tienen un sabor ácido, parecido al ruibalbo. El zumo de las hojas y el tallo puede tomarse como el del cáliz. Las semillas se tuestan para hacer sopas y salsas.

Nutrición

Los cálices tienen flavonoídes, y altos niveles de calcio. Los cálices y las hojas tienen vitamina C, hierro, fósforo, niacín y riboflavinas. La pulpa fresca tiene un 2% de proteínas y las semillas tienen un 20% de aceite.



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